La adecuada nutrición es fundamental para que el paciente oncológico pueda afrontar de la mejor manera sus terapias oncológicas. Los fármacos suministrados en la quimioterapia pueden hacer que se presenten algunos
efectos secundarios como náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, cambios en la percepción de sabores u olores. Esto lleva a que algunos pacientes tengan menos apetito y su ingesta de alimentos disminuya. A continuación, algunos consejos para tener en cuenta si eres paciente oncológico que recibirá quimioterapia.
- Si te han programado la quimioterapia en la mañana, no debes ir en ayunas, toma desayuno pero evita preparaciones grasosas o muy condimentadas.
- Después de la quimioterapia debes hidratarte bien por ejemplo con líquidos como agua, infusiones claras (no muy concentradas), refrescos naturales bajos en azúcar, agua de frutas como manzana, pera, piña, membrillo, etc.
- Es recomendable beber los líquidos en sorbos pequeños (no tomar un vaso o taza de golpe) para evitar que se distienda el estómago y genere náuseas.
- Después de la quimioterapia es preferible evitar preparaciones o alimentos que pueden generar flatulencia o pesadez por ejemplo frituras, menestras, verduras como brócoli, coliflor, coles, rabanitos, carne roja, culantro, huacatay o lácteos.
- Aprovecha los momentos de mayor apetencia durante el día. Algunos pacientes tienen más apetito en las mañanas que en las noches.
- Se recomienda comer varias veces al día porciones más pequeñas, mínimo 5 comidas al día.
- Se recomienda consumir alimentos fuentes de proteína de origen animal como pollo, pavita, pescado, huevos (sobre todo las claras) y carne de cuy. Los cortes más magros serán más recomendables, por ejemplo pechuga de pollo o de pavita, pescado blanco y claras porque al ser bajos en grasa son mejor tolerados. La proteína de origen animal ayudará a evitar que pierdas masa muscular y a fortalecer tu sistema inmune.
- No se deben consumir preparaciones crudas como ceviche, sushi o tartar; los alimentos fuentes de proteína como pescado, pollo, huevo, etc. deben estar cocidos.
- Es mejor evitar las frituras y preferir preparaciones al vapor, a la plancha, guiso, estofado, sudado, al horno, etc.
- Es preferible priorizar la comida preparada en casa y evitar comer fuera.
- La higiene y correcta manipulación de los alimentos es importante para minimizar cualquier riesgo de infección; por ejemplo es mejor comprar algunos alimentos envasados (por ejemplo queso, frutos secos, aceitunas, etc. antes que a granel o de lo contrario desinfectarlos o cocerlos).
- Se debe priorizar el consumo de frutas y verduras con cáscara que se puedan lavar cuidadosamente y pelar. En algunos casos las frutas y verduras cocidas serán mejor toleradas.
- Si el paciente presenta náuseas, los alimentos sólidos y secos como galletas de soda, maíz, una tostada o un trozo de pan pueden aliviar este síntoma. Para evitar acentuar náuseas o diarrea, se deben comer alimentos y preparaciones bajas en grasa.
- Los olores ambientales fuertes, inclusive los de las comidas pueden molestar a algunos pacientes por lo que se debe ventilar bien el lugar donde va a comer, servirle la comida (evitar que el paciente destape ollas) y ofrecer las preparaciones tibias ya que la comida muy caliente despide más olor.
- Algunos pacientes pueden presentar cambios en la percepción de los sabores, por lo que se pueden utilizar condimentos naturales como hierbas aromáticas (orégano, laurel, romero, tomillo, salvia, eneldo, estragón, etc.), pimentón, cúrcuma o nuez moscada, etc. para brindar más sabor a las preparaciones. Es mejor evitar los aderezos muy grasosos y picantes (por ejemplo ají y rocoto).
- Idealmente se recomienda que el paciente pase por una evaluación nutricional antes de empezar su tratamiento para que pueda ser debidamente orientado y evitar el deterioro de su estado nutricional.
Nut. Andrea Windmueller Cortés
Nutricionista clínica especialista en nutrición oncológica