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5 Mitos en Oncología

Dra. Sophia Lozano Ballena

Médico Oncólogo


 


MITO 1: ¿El Cáncer es contagioso?

Realidad: El cáncer no es contagioso. Sin embargo, algunos cánceres son causados por virus y bacterias que se pueden propagar de una persona a persona. Ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH) se sabe que causan cáncer de cuello uterino, anal y algunos tipos de cánceres de cabeza y cuello. La hepatitis B y la hepatitis C son virus que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Las bacterias como H. pylori puede causar cáncer de estómago. Es importante recordar que mientras los virus y las bacterias que causan algunos tipos de cáncer se pueden contagiar de persona a persona, los cánceres causados no se pueden contagiar de persona a persona.

 

MITO 2: Si tengo antecedentes familiares de cáncer, ¿A mí me dará?

Realidad: Aunque tener antecedentes familiares de cáncer aumenta su riesgo de desarrollar la enfermedad, no es una predicción completa a futuro. Se estima que 4 de cada 10 cánceres se pueden prevenir haciendo cambios simples en el estilo de vida, como formar hábitos alimenticios saludables, mantener un estilo de vida saludable peso, hacer ejercicio, limitar las bebidas alcohólicas, practicar la protección solar y evitar los productos de tabaco. Si ha heredado ciertos genes relacionados con cáncer que lo pone en alto riesgo de padecerlo, un oncólogo puede recomendarte cirugía o medicamentos para reducir la probabilidad de que se desarrolle cáncer.

 

MITO 3: El cáncer prospera con el azúcar.

Realidad: No hay evidencia concluyente que demuestre que comer azúcar hará que el cáncer crezca y se propague más rápidamente. Todas las células del cuerpo, tanto sanas células y células cancerosas, dependen del azúcar para crecer y funcionar. Sin embargo, no hay pruebas de que comer azúcar acelere el crecimiento del cáncer o que eliminar el azúcar por completo ralentizará su crecimiento. Sin embargo, esto no significa que debas comer una dieta alta en azúcar. Consumir demasiadas calorías del azúcar se ha relacionado con el aumento de peso, la obesidad y la diabetes, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer y otros problemas de salud.

 

MITO 4: El tratamiento del cáncer suele ser peor que la enfermedad.

Realidad: Aunque los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden causar efectos secundarios desagradables y, a veces, graves. Recientes avances han resultado en muchos medicamentos y tratamientos de radiación que tienen efectos secundarios más manejables. Como resultado, síntomas como náuseas intensas y los vómitos, la caída del cabello y el daño tisular son mucho menos comunes. Sin embargo, el manejo de los efectos secundarios, también llamado atención de apoyo o cuidados paliativos, sigue siendo una parte importante de la atención del cáncer. La atención de apoyo puede ayudar a una persona a sentirse más cómoda en cualquier etapa de la enfermedad. Las personas que reciben tratamiento para el cáncer y tratamiento para aliviar los efectos secundarios al mismo tiempo a menudo tienen síntomas menos graves, mejor calidad de vida e informan que están más satisfechos con el tratamiento.

 

MITO 5: Es más fácil desconocer el padecer cáncer

Realidad: No se deben ignorar los síntomas o signos de cáncer, como un cáncer de mama, bulto o un lunar de apariencia anormal. Aunque la idea de tener cáncer es aterradora, hablar con su médico y obtener un diagnóstico le dará el poder de tomar decisiones informadas y buscar la mejor atención posible. Porque

el tratamiento suele ser más eficaz durante las primeras etapas del cáncer, el diagnóstico precoz mejora las posibilidades de supervivencia de una persona.

 

MITO 6: ¿Mi actitud tendrá un efecto en mi cáncer?

Realidad: No hay evidencia científica de que una actitud positiva prevenga cáncer, ayude a las personas con cáncer a vivir más tiempo o evitar que el cáncer aparezca nuevamente. Sin embargo, las cosas que promueven el pensamiento positivo, como las técnicas relajación, grupos de apoyo y una red de apoyo de familiares y amigos, pueden mejorar la calidad de vida y las perspectivas de una persona. Es importante recordar que dar tanta importancia a la actitud puede conducir a una culpa innecesaria y decepcionar