Mitos alrededor de los alimentos y cáncer parte 2

¿Un paciente con diagnóstico de cáncer de mama o próstata puede consumir soya o sus derivados?

 La soya es un grano cuyo valor nutricional es alto debido a su contenido de proteínas y otros nutrientes. No obstante, la soya también posee diversas sustancias activas que pueden brindar beneficios adicionales para la salud de las personas. Lamentablemente, debido a la existencia de mitos y a la falta de investigación, la soya y sus derivados solían ser restringidos de la dieta de pacientes con cánceres hormonosensibles (aquellos estimulados por hormonas) por la creencia errada de que algunas de estas sustancias activas podrían estimular el desarrollo de este tipo de cánceres. Revisemos a continuación que tanto de cierto hay en esas afirmaciones.

¿El consumo de soya podría generar cáncer?

Uno de los principales mitos relacionados con el consumo de soya y sus derivados está asociado con su contenido de “fitoestrógenos”. La soya posee una familia de compuestos bioactivos con una estructura similar a aquella que presentan los estrógenos humanos. A estas sustancias llamadas bioquímicamente isoflavonas se les conoce comúnmente como “fitoestrógenos”. Sin embargo, cabe precisar que el comportamiento de estos fitoestrógenos en el cuerpo es distinto al que presentan los estrógenos humanos.

Hace varios años, en estudios llevados a cabo en ratones se había encontrado que estas isoflavonas promovían el crecimiento del cáncer de mama con receptor de estrógeno positivo, sin embargo, la cantidad de isoflavona que se requería para estimular este tipo de cánceres era imposible de ser conseguida a través del consumo de soya o sus derivados. Penosamente, la aclaración nunca fue hecha y la idea de que los “fitoestrógenos” de la soya pudiesen generar cáncer creció y se difundió. La soya y sus derivados no producen cáncer, por el contrario, las isoflavonas de la soya presentan efectos sumamente positivos. Estas isoflavonas pueden contribuir con la supresión de tumores ya que tienen el potencial para activar genes que disminuyen el crecimiento de las células que los forman y pueden estimular su proceso de autodestrucción (apoptosis). No solo eso, también incrementan la concentración de enzimas antioxidantes y antiinflamatorias por lo que suponen una ayuda en la protección contra el cáncer.

¿El sobreviviente de cáncer podría consumir soya o sus derivados?

Actualmente, se cuenta con estudios poblacionales que muestran que para los sobrevivientes de cáncer de mama y próstata no existen mayores riesgos por consumir soya y sus derivados e inclusive pueden ser beneficiosos como parte de una alimentación balaceada y saludable. Asimismo, se ha encontrado que mujeres que consumen cantidades moderadas de soya presentan una mayor supervivencia potencial general y posiblemente una disminución de la recurrencia al año o más después del diagnóstico, incluidas las mujeres con cáncer con receptor estrógeno positivo. La evidencia también muestra que la soya podría proteger contra el cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado.

¿Qué beneficios adicionales presenta la soya?

Como ya se comentó, la soya posee un grupo de compuestos bioactivos llamados isoflavonas. Entre las isoflavonas más estudiadas se encuentran la genisteína y la daidzeína, pero no son las únicas sustancias que se encuentran en la soya con potencial positivo para la salud.

La soya también tiene un contenido importante de fibra dietética fermentable. Esta fibra actúa como prebiótico, es decir, estimula el crecimiento de bacterias protectoras en el colon. También mejora el metabolismo de la glucosa y disminuye la resistencia a la insulina. Estudios llevados a cabo en células han mostrado que los diferentes componentes de la fibra de la soya.

¿Debemos preferir la soya entera o la soya procesada?

Algunas personas consideran que el consumo de soya entera es mejor porque creen que los productos procesados contienen cantidades muy altas en isoflavonas o que por el contrario a mayor grado de procesamiento menor cantidad de nutrientes saludables. Aquí hay que precisar que la proteína de soya aislada, la proteína texturizada o la fibra aislada de soya no contienen más isoflavonas que una porción igual de frejoles de soya tostados, incluso en algunos casos pierden la mayor parte de las isoflavonas en el procesamiento.

Ahora bien, los derivados de la soya son muchas veces utilizados como ingrediente en alimentos como cereales, barritas, yogurts o panes. Es necesario precisar que su presencia en estos alimentos no los vuelve necesariamente saludables. En esos casos, también deberíamos evaluar su contenido en azúcar, grasa saturada, sodio, etc.

De acuerdo al estado nutricional y tolerancia del paciente se podría recomendar el consumo de soya y sus derivados, de preferencia los mínimamente procesados como bebida de soya y tofu.

¿El paciente oncológico puede consumir leche y sus derivados?

Existe por parte del paciente con cáncer un rechazo al consumo de leche y productos lácteos motivado por el temor a que la evolución de la enfermedad sea desfavorable o se acelere.

¿El consumo de leche de vaca podría generar cáncer?

El consumo de leche de vaca no produce cáncer ni tampoco existe evidencia científica que demuestre que tiene un efecto sobre la evolución del mismo. Estudios científicos con seguimiento de más de 25 años no han demostrado una relación entre el consumo de lácteos y el riesgo de cáncer. Tampoco existe una relación directa entre el consumo de lácteos y el cáncer de mama como se suele escuchar con frecuencia.

En el caso de cáncer de mama, la preocupación del paciente está centrada en el supuesto contenido de estrógenos en la leche de vaca. No obstante, los niveles encontrados en la leche comercialmente disponible son muy bajos como para que tengan un efecto fisiológico. Por otro lado, el consumo de leche de vaca también estuvo vinculado con el riesgo de padecer cáncer de próstata, pero esta asociación se debía a una dieta alta en grasa y no al consumo de leche en sí misma. Inclusive algunos componentes de la leche y de sus derivados como la proteína, el calcio, la vitamina D y el ácido butírico podrían tener un efecto protector contra el cáncer.

¿Puede el paciente con cáncer consumir leche de vaca?

Los pacientes oncológicos pueden consumir leche y sus derivados ya que son una excelente fuente de proteína de origen animal que ayuda a mantener una buena masa muscular y evita que el paciente se adelgace. Se deberían preferir la leche y los productos lácteos como yogurt o queso bajos en grasa para que sean mejor tolerados. También es necesario precisar que algunos medicamentos suministrados vía oral o como parte de la quimioterapia podrían ocasionar una intolerancia a la lactosa mientras dure el tratamiento, por lo que lácteos sin lactosa serían una mejor opción.

Si bien no hay razón para sacar a la soya y la leche y sus respectivos derivados de la alimentación del paciente con cáncer, tampoco son imprescindibles si no son bien tolerados. Lo ideal es que el paciente pase por una consulta nutricional para que se le brinde el tratamiento nutricional más adecuado y preciso tomando en cuenta su estado nutricional y las terapias oncológicas establecidas.

CREDITOS: Nut. Andrea Windmueller Cortés | Nutricionista clínica especialista en nutrición oncológica

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