La otra pandemia

Desde 1987 cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud conmemora el día mundial sin tabaco con el objetivo de informar y concientizar a las personas sobre los riesgos que supone el consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción de su consumo.

El tabaquismo es otra pandemia que viene amenazando la salud pública desde hace décadas y que constituye la principal causa de muerte prevenible a nivel global. Las cifras son alarmantes: alrededor de 8 millones de personas mueren a consecuencia del tabaco cada año; 7 millones como consecuencia directa y 1.2 millones debido al humo de segunda mano. Para ponernos en contexto, se han producido 3.4 millones de muertes en el mundo por COVID19 en lo que va de la pandemia.

El tabaquismo puede conducir a una amplia gama problemas médicos, como la arteriopatía coronaria, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y enfermedades pulmonares crónicas. El tabaquismo es también, la principal causa prevenible de cáncer y de muertes por cáncer. El potencial carcinogénico del tabaco es extraordinariamente alto y dependiendo de la intensidad y duración de su uso, puede causar, además del cáncer de pulmón, más de 15 tipos de cáncer entre los que destacan el cáncer de boca y garganta, laringe, esófago, estómago, riñón, páncreas, hígado, vejiga, cuello uterino, colon y recto. Para la erradicación del tabaco es imprescindible educar a nuestros jóvenes pues la mejormanera de dejar de fumar es nunca empezar. De hecho, la campaña del día mundial sin tabaco del 2020 con la frase “Si su producto matara a 8 millones de personas cada año, usted también
buscaría una nueva generación de clientes” se centró en proteger a los jóvenes de la manipulación de la industria y evitar que consuman tabaco y nicotina para convertirse en una generación libre de tabaco y nicotina en sus diferentes formas incluyendo el tabaco sin humo, shisha o pipas de agua y cigarrillos electrónicos pues no existe ninguna modalidad segura de tabaquismo.

Para el 2021, el tema central es «Comprometerse a dejar de fumar». Más aún en el marco de la pandemia por el COVID-19, ya que se ha demostrado que los fumadores tienen una mayor probabilidad de desarrollar formas graves y mayor riesgo de muerte por el coronavirus que los no fumadores. La pandemia de COVID-19 ha conducido a millones de consumidores de tabaco a manifestar que quieren dejar el hábito y se abre una ventana al optimismo.

Nunca es tarde para dejar de fumar. El riesgo de desarrollar cáncer disminuye a medida que pasa el tiempo desde que cesa el tabaquismo y en los pacientes ya con cáncer se ha identificado impacto en la proliferación  celular y progresión tumoral. El beneficio de dejar el hábito va más allá detener el daño pues permitiría que células nuevas y sanas repongan activamente el revestimiento de nuestras vías respiratorias y de nuestros tejidos.
La OMS insta a los países a luchar contra la pandemia del tabaquismo a través de la adherencia plena del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y la aplicación de medidas eficaces de control del tabaco, incluidas las medidas políticas «MPOWER», por ejemplo, reduciendo la demanda de tabaco a través de los impuestos, creando lugares sin humo, prohibiendo completamente la publicidad y patrocinio de los productos del tabaco y prestando apoyo a quienes quieren dejar de fumar. El Perú ratificó el convenio en el 2004 y venimos progresando. La prevalencia del consumo de tabaco en adultos ha disminuido en más de la mitad del 27% en 2000 al 13,3% en 2010, menor que la prevalencia actual de fumadores en Latinoamérica. Asimismo, el tabaquismo entre los jóvenes (de 13 a 15 años) disminuyó del 19,4% en 2007 al 9,7% en 2014. Estos resultados sugieren que las políticas de control del tabaco están teniendo un impacto progresivo en nuestro país. Sin embargo, hay aun mucho camino por recorrer y hacen falta implementar programas integrales de prevención del
tabaquismo y de cesación de tabaco accesibles para todos.

El tabaquismo es una pandemia totalmente prevenible que debe ser hoy una prioridad máxima para la salud pública pero cuya erradicación depende también de nuestras acciones individuales. Si nos encontramos próximos a controlar el COVID-19 es por estrategias sanitarias fundamentadas en cambios profundos en nuestro modo de vida. Ha quedado demostrado que podemos también hacerle frente a la pandemia del tabaquismo, comprometámonos hoy.

Recomendaciones nutricionales para pacientes oncológicos que recibirán quimioterapia

La adecuada nutrición es fundamental para que el paciente oncológico pueda afrontar de la mejor manera sus terapias oncológicas. Los fármacos suministrados en la quimioterapia pueden hacer que se presenten algunos
efectos secundarios como náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, cambios en la percepción de sabores u olores. Esto lleva a que algunos pacientes tengan menos apetito y su ingesta de alimentos disminuya. A continuación, algunos consejos para tener en cuenta si eres paciente oncológico que recibirá quimioterapia.

  •  Si te han programado la quimioterapia en la mañana, no debes ir en ayunas, toma desayuno pero evita preparaciones grasosas o muy condimentadas.
  • Después de la quimioterapia debes hidratarte bien por ejemplo con líquidos como agua, infusiones claras (no muy concentradas), refrescos naturales bajos en azúcar, agua de frutas como manzana, pera, piña, membrillo, etc.
  • Es recomendable beber los líquidos en sorbos pequeños (no tomar un vaso o taza de golpe) para evitar que se distienda el estómago y genere náuseas.
  • Después de la quimioterapia es preferible evitar preparaciones o alimentos que pueden generar flatulencia o pesadez por ejemplo frituras, menestras, verduras como brócoli, coliflor, coles, rabanitos, carne roja, culantro, huacatay o lácteos.
  • Aprovecha los momentos de mayor apetencia durante el día. Algunos pacientes tienen más apetito en las mañanas que en las noches.
  • Se recomienda comer varias veces al día porciones más pequeñas, mínimo 5 comidas al día.
  • Se recomienda consumir alimentos fuentes de proteína de origen animal como pollo, pavita, pescado, huevos (sobre todo las claras) y carne de cuy. Los cortes más magros serán más recomendables, por ejemplo pechuga de pollo o de pavita, pescado blanco y claras porque al ser bajos en grasa son mejor tolerados. La proteína de origen animal ayudará a evitar que pierdas masa muscular y a fortalecer tu sistema inmune.
  • No se deben consumir preparaciones crudas como ceviche, sushi o tartar; los alimentos fuentes de proteína como pescado, pollo, huevo, etc. deben estar cocidos.
  • Es mejor evitar las frituras y preferir preparaciones al vapor, a la plancha, guiso, estofado, sudado, al horno, etc.
  • Es preferible priorizar la comida preparada en casa y evitar comer fuera.
  • La higiene y correcta manipulación de los alimentos es importante para minimizar cualquier riesgo de infección; por ejemplo es mejor comprar algunos alimentos envasados (por ejemplo queso, frutos secos, aceitunas, etc. antes que a granel o de lo contrario desinfectarlos o cocerlos).
  • Se debe priorizar el consumo de frutas y verduras con cáscara que se puedan lavar cuidadosamente y pelar. En algunos casos las frutas y verduras cocidas serán mejor toleradas.
  • Si el paciente presenta náuseas, los alimentos sólidos y secos como galletas de soda, maíz, una tostada o un trozo de pan pueden aliviar este síntoma. Para evitar acentuar náuseas o diarrea, se deben comer alimentos y preparaciones bajas en grasa.
  • Los olores ambientales fuertes, inclusive los de las comidas pueden molestar a algunos pacientes por lo que se debe ventilar bien el lugar donde va a comer, servirle la comida (evitar que el paciente destape ollas) y ofrecer las preparaciones tibias ya que la comida muy caliente despide más olor.
  • Algunos pacientes pueden presentar cambios en la percepción de los sabores, por lo que se pueden utilizar condimentos naturales como hierbas aromáticas (orégano, laurel, romero, tomillo, salvia, eneldo, estragón, etc.), pimentón, cúrcuma o nuez moscada, etc. para brindar más sabor a las preparaciones. Es mejor evitar los aderezos muy grasosos y picantes (por ejemplo ají y rocoto).
  • Idealmente se recomienda que el paciente pase por una evaluación nutricional antes de empezar su tratamiento para que pueda ser debidamente orientado y evitar el deterioro de su estado nutricional.

Nut. Andrea Windmueller Cortés
Nutricionista clínica especialista en nutrición oncológica